Seguidores

martes, 10 de mayo de 2011

La asfixiofilia


“El placer no es más que la conmoción de átomos voluptuosos o la emanación de objetos voluptuosos que encienden las partículas eléctricas que circulan por los recovecos de nuestras venas. Por tanto, el placer óptimo se obtiene con la conmoción más violenta posible”( Marqués de Sade- Juliette)



Hace unos meses se produjo la noticia de la extraña muerte de David Carradine. Yo conocía la practica de la asfixiofilia por mis lecturas del Divino Marqués y sus detallados catálogos, pero no su nombre concreto.
Un clásico del erotismo como la película “El imperio de los Sentidos” ya señalaba como el placer sexual supuestamente se intensifica mediante el ahogamiento; por otro lado, desde antiguo se sabe que la muerte en la horca produce como acto reflejo la erección y hasta la eyaculación en el ajusticiado.
Evidentemente estamos hablando de una práctica sexual de alto riesgo que como en el caso del mítico actor de Kung Fu, puede derivar en tragedia.
El alma humana es un negro pozo donde todo es posible, donde el bien y el mal son simples e irrelevantes conceptos morales.
Las más sublimes y viles pasiones están en nuestro interior y somos nosotros quienes hemos de determinar su mezcla y eclosión; siempre estamos expuestos a que ellas nos dominen a nosotros y entonces... los más ciertos peligros resultan aceptables.
La diferencia entre el placer y el dolor es muy sutil,(en el Sado se confunden) pero cuando la muerte es su consecuencia todo resulta  sumamente estúpido.
David Carradine podía haber muerto por cualquier motivo, pero lo hizo mientras practicaba hipofixilia;  la masa perdona los placeres privados pero cuando estos son públicos... es cruelmente mezquina e hipócrita.
Sirva esta entrada de homenaje al actor y de respeto a los placeres sexuales que le llevaron al cementerio.


2 comentarios:

  1. Interesante...No sabia que esa practica se llamaba así. Coincido contigo en cuanto a la masa.
    Carradine era muy buen actor y lo que hiciese puertas adentro no debería importar y no cambiara la imagen que tengo de él ni el hermoso recuerdo de Kung Fu que tanto me enseño en la niñez.
    Un beso…..

    P.D: gracias por tu vivita, me permitió conocerte.

    ResponderEliminar
  2. No hay de qué, tu relato me pareció que merecía un comentario y su temática un reflexión.Saludos

    ResponderEliminar