“Vivimos
en la era del exceso de trabajo y de la incultura; una era en la que
la gente es tan laboriosa que que vuelve completamente estúpida” (
O. Wilde)
El los
últimos días de las vacaciones, uno tiende sin quererlo a pensar en
todo lo que le espera de regreso a la “normalidad” y con ello vea
turbada la calma que pretendía disfrutar.
Consideramos
como normal que en nuestra vida ordinaria se nos exija hacer
infinidad de tareas mientras, compartimentamos nuestro tiempo de la
forma más “eficiente” para así poder atender a todos y cada uno
de los compromisos adquiridos en los diversos ámbitos de nuestra
vida.
La
paradoja radica en que nuestro celebro y nuestra mente no están por
naturaleza hechos para vivir en este ir y venir constante, en un
estado de “multitarea” que indefectiblemente nos lleva al estrés;
incluso esto es aplicable a la mente femenina. (la capacidad de las
mujeres para hacer varias cosas al mismo tiempo sigue causándome
sincera admiración)
La
cuestión está en que nuestro cerebro esta preparado para centrar su
atención en una cosa concreta a la vez y el hombre moderno le exige
cada vez hacer , más, más y más cosas. No nos causa sorpresa
escuchar frases tan aterradoras como: “La semana que viene no puedo
ni ponerme enfermo ni tener una crisis, tengo la agenda a tope”.
Así las
cosas, ¿alguien se puede extrañar en esta época de libertad sexual
el sexo continúe mayoritariamente cayendo en la mediocridad?
Yo mismo
en estos días de descanso he notado con alegría la sorpresa matinal
de ver en plenitud mis erecciones mañaneras. El cuerpo humano en una
“maquina” muy agradecida y a poco que se le cuide, el responde;
no es un mito que el estado “erectoral” de un hombre habla mucho
y claro del estado general de su cuerpo y su salud, tanto física
como mental. (Con poner en Google: “problemas de erección”; uno
se da cuenta de la magnitud del problema y del inmenso negocio creado
tras él)
Pero
pasando por alto el estado de la “maquinaria”, lo que yo denomino
“sexo multitarea” se encarga de hacer del placer sexual una
rutinaria sombra de lo que debe ser el buen sexo.
Yo
denomino “sexo multitarea” al sexo estandarizado como una
tarea rutinaria más dentro de un horario y en el que, si pudiéramos
simultanearlo con otra cosa, lo haríamos.(poder mandar ese e-mail
importante mientras practicamos un cunnilingus o nos hacen una
felación)
Disfrutar
de la vida significa disfrutar del presente, que nuestra atención
consciente se centre en el aquí y ahora y no divague en la infinidad
de preocupaciones pasadas y futuras que no tienen solución.
El sexo
es una fuente de placer y satisfacción y nos permite compartir
nuestra sensualidad más escondida, pero si lo estandarizamos o no le
prestamos la atención que requiere, lo estamos rebajando a la
consideración de una simple actividad fisiológica como comer,
dormir o defecar.
Nada más
triste que estar follando con el cuerpo mientras nuestra mente se
pierde en la infinidad de problemas que la vida no se cansa de
proporcionarnos; y cuando el sexo es cosa de dos, a esto se une una
total falta de respeto en relación a nuestra pareja sexual.
Dignificar
el sexo empieza por poner en su practica el cuerpo y la mente, en
perderse en sensaciones en no dejar que el “mundo” también nos
frustre este íntimo paraíso vital.
Invito
pues al lector y a su compañía a que cuando se desnuden para
disfrutarse el uno al otro, se desnuden también de sus
preocupaciones y problemas, en el mundo en crisis que nos ha tocado
vivir sé que es complicado, pero por eso es más necesario; al igual
que hacer que los relojes desaparezcan y fuera del tiempo se puedan
sumergir en el reino del placer.