Seguidores

viernes, 1 de junio de 2012

El Marqués de Sade

¿Por qué dejar que mis intereses personales y mis propias inclinaciones estén libradas a lo que la sociedad me permite o no me permite?. ¿Por qué no sentirme a mí mismo libre de salir a procurarme aquello que me gusta?.Por qué tengo que condicionar mi placer al permiso de otro?.¿Quién es el otro para decirme qué puedo tener o qué no puedo tener?.
¿Por qué no ser realmente como digo que soy y juntarme solamente con aquellos que comparten conmigo mi propia manera de encontrar las cosas que necesito, para juntarnos a disfrutar de ellas sin depender de la aprobación de los otros?. (El Marqués de Sade)

Un 2 de junio de 1740  nace Donatien-Alphonse-François de Sade,  el escritor que sirve de inspiración a este blog; un hombre radicalmente libre que paradójicamente pasó la mitad de su vida en prisión.
En este autor como en ningún otro se da una radical dicotomía entre el hombre y el mito, entre el autor y su obra. Bien es cierto que la causa principal de la prisión del marqués está en su apetencia por hacer de sus fantasías sexuales, realidades. Pero su error fue no hacer como los libertinos de aquel tiempo, ocultar sus vicios; Sade es demasiado burdo a la hora de ocultar sus placeres, y su familia logra que lo encarcelen.
Durante sus largos años de prisión no tengo dudas en que llego en un deseo de libertad a lugares difícilmente accesibles para personas no sujetas a tan terribles limitaciones materiales.
Así el Marqués, une a sus pulsiones sexuales ya por naturaleza muy intensas, una imaginación febril, un materialismo radical y un sincero amor por la libertad.
Si el modelo de “hombre” de Sade es un monstruo, lo es precisamente por exceso, es decir por ser radicalmente humano; la libertad para él significa la supresión de todo límite tanto físico como moral. Todo esta permitido a este “hombre libre” pues sin limites, debe naturalmente hacer lo que más de apetece ya que es el juez  supremo de sus actos y quien determina lo correcto e incorrecto.
En esta idea radical necesariamente los demás seres humanos pierden su condición de personas para convertirse en simples objetos, solo podrá oponerse a nosotros si materialmente tienen fuerza para ello.
El mundo sadiano es un mundo de poder, donde se necesita la capacidad para ser libre, es decir, el poder para que los demás objetos-persona queden sometidos a nuestra voluntad arbitraria.
La filosofía materialista del Marqués es tremendamente simple pues no necesita buscar el concepto del bien ni del mal, ni de lo justo ni de lo injusto; mis deseos son el principio y fin de todo; haga lo que haga no tengo que responder ante nada ni ante nadie. Dios muere en el altar del hombre, pues su presencia es incompatible con mi libertad.
Elemento a considerar es que este autor del SXVIII establece la igualdad absotula entre hombres y mujeres, tanto en el campo moral como en el sexual; la libertad trasciende géneros y tanto las mujeres como los hombres tienen derecho a ella conforme a las premisas que he indicado. 
Los protagonistas de las novelas de Sade son pues el reflejo de lo que he señalado, seres absolutamente indiferentes ante el sufrimiento de los demás y buscadores incesantes de su propio placer por encima de todo y de todos.
Para cualquiera que quiera acercarse a la obra del marqués recomendaría “Justina o los infortunios de la virtud”, una novela que si bien tiene contenido sexual no creo que pueda dañar sensibilidades.
Por el contrario siempre he dicho que la lectura de “Las 120 jornadas de Sodoma” o “Juliette y las prosperidades del Vicio” es una lectura que atenta completamente contra la sensibilidad de cualquier persona media hasta la nausea.
Se suele pensar en Sade como un autor “erótico”, pero salvo “La filosofía en el tocador” o leemos obras de lo más inofensivas y edificantes (La marquesa de Gange) o nos adentramos en obras que traspasan los límites del erotismo.
A nivel general el Marqués de Sade y su obra son unos grandes desconocidos; todo el mundo ha oído hablar de este autor, muy pocos lo han leído, y menos aún se han internado en su mundo y en la filosofía que trasciende las pajas, los orgasmos y las escenas sexuales.
Aún hoy en día tener un libro del Marqués es algo raro, y en nuestra biblioteca no aparecerá entre los libros más visibles. Precisamente fue al día siguiente de adquirir el libro de “Las 120 jornadas de Sodoma” cuando abrí este Blog; aquel día como el Marqués, me sentía prisionero en una pequeña celda de la Bastilla y decidí bajar a las más oscuras simas del alma humana.
En mi pequeña biblioteca hay bastantes libros de Sade así como biografías, es mi pequeño tributo al hombre; el escritor, como ser inmortal, estará siempre con el lector  que se pierda entre las páginas de su obra.