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jueves, 15 de noviembre de 2012

La cortesía en el Sexo


“Donde no hay intimidad , no existe sexo refinado” (Marqués de Sade)

Hoy en el campo sexual tenemos a nuestro alcance medios que hace algunos años ni tan siquiera era posible soñarlos, pero aun así, siempre hubo gente refinada dispuesta a hacer del sexo no un medio, sino un fin.
Es una pena que una gran mayoría de personas no haya descubierto el sexo de verdad sin superar la mediocridad del “mete y saca” y algo de sexo oral.
Es por eso que el sexo tal cual lo considero yo va indisolublemente ligado a la idea de cortesía, elegancia y placer.
La cortesía en el sentido de el cariño y la amabilidad a la hora de tratar al otro, de considerar siempre que hay más que un simple cuerpo a utilizar. No se trata de tomar el té entre “acto y acto” pero si de disfrutar del otro en todos los sentidos. Hay veces que los “insultos” entran dentro del morbo del momento, o en otras practicas otros elementos nada “corteses”, pero aun en esas practicas, hay gran espacio para lo “educadamente bien hecho”. La cortesía incluye cosas como la higiene, la suavidad, la pulcritud...etc; cosas que se dan por supuestas pero que nos pueden llevar a desagradables sorpresas.
Mientras, por elegancia en el sexo conceptúo la unión de la imaginación, la sorpresa y el refinamiento. Por eso me parece tan acertada la frase del Divino Marqués con la que abro el post, y es que con alguien con el que no se tiene intimidad suficiente, es difícil tener sexo refinado y elegante, capaz de procurarnos placer y sensaciones por encima de la propia mecánica sexual.
Aquí entra todo el campo de los “complementos sexuales”, todo lo relacionado con juguetes y productos sexuales. Sigue pareciéndome una “delicatessen” muy erótica el usar un pincel para pintar con “pintura” o “sirope” , el cuerpo del otro, y retirarlo después con la sola ayuda de la lengua...puede parecer algo “muy visto”, pero ejecutado con delicadeza y morbo, puede llevarnos a las más altas cotas de sensualidad.
Nunca la imaginación debe detenerse a la hora de pensar en practicas refinadas más allá de las propias del acto.
Mi última idea, que aún no he practicado y que intentaré poder hacer realidad cuando las circunstancias me lo permitan, es usar el cuerpo desnudo de mi acompañante como “papel” y escribir con pluma y tintero sobre él. ( En el mercado erótico existen productos para este fin).
¿No resulta refinado, elegante y erótico sentir en la piel el cosquilleo de una pluma al deslizarse en la formación de las palabras?.
Como esta idea hay miles que todos podemos disfrutar a poco que encontremos un compañero/a de intimidad y no nos encasillemos en “lo de siempre”.
El enemigo de lo elegante, es lo vulgar y sin imaginación corremos el riesgo de que el sexo se convierta en algo mecánico que termine vulgarizándose.
Me parece fantástico que algunas parejas decidan probar todas las posturas del Kama-Sutra, pero desgraciadamente es muy raro que concedan la importancia necesaria a todo el preliminar antes del coito. Pienso que el refinamiento en el sexo no está en las posturas del coito, sino en el morbo y excitación que somos capaces de crear antes del mismo; y es en los juegos, en la lencería, incluso en el entorno, donde infinitamente podemos desarrollar nuestra imaginación. (Incluso nacen nuevos nichos de negocio, como vi hace unos días en Madrid donde se había creado una peluquería de pubis)
Por último y unido intrínsecamente con la “cortesía” en el sexo esta el del placer que nos reporta su practica. No solo es un falta de educación dejar al otro “a dos velas” sino que es imperdonable. Hablo de placer, pues actualmente vivimos un sexo obsesionado con el orgasmo, y si bien esta muy bien disfrutarlo, creo que es un error ponerlo como la piedra angular de todo. Podemos tener un sexo fantástico sin orgasmo, y un sexo mediocre con él.
El ejemplo sería el hombre que penetra a una mujer sin ningún preliminar y en tres minutos se corre; llega al orgasmo, pero desde mi punto de vista no ha llegado ni a tener sexo.
Obsesionemonos con el placer, con las sensaciones, con el disfrutar de nuestro cuerpo y con el del otro, con que el sexo es una forma de expresar infinitud de sensaciones y cosas, y no una simple búsqueda orgásmica.
Solo con estas premisas podremos entender lo que es la cortesía en el sexo y disfrutar de lo que señala Sade como “sexo refinado”.