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sábado, 30 de julio de 2011

Interludio de Verano


“Así, pues, diré como ellos: “Lector, adiós, riqueza y placer; si mis habladurías te han proporcionado todo esto, ponme en un agradable rincón de tu gabinete; si te he aburrido, recibe mis excusas y arrójame al fuego” ( Cuentos, Historietas y Fábulas – El marqués de Sade)

Con la próxima llegada del mes de agosto he decidido tomarme unas semanas de asueto en las que no podré atender como se merece el presente blog. Aprovecho estas líneas para agradecer a los lectores y seguidores de este espacio la favorable acogida que me han dispensado y reiterarles mi  compromiso de escribir siempre con libertad de pensamiento y sinceridad de opinión.
En un mundo que poco a poco se desmorona victima de su hipocresía y contradicciones, me gustaría hacer de este pequeño espacio un lugar en el que la persona pueda pensar en la persona;  poder llevar la sexualidad a una normalidad que aún se encuentra perdida.
El verano, es por otro lado, la estación del sexo por antonomasia pues, calor, tiempo libre, fiestas y tentadores cuerpos nos incitan a desarrollar los deseos del libido más allá de otras razones.
Las noches de verano son pues las mejores noches del año para disfrutar a la luz de la luna y de las estrellas de los placeres del cuerpo; nada hay más gratificante de unir nuestros gemidos a la orquesta sonora de los grillos. ¡Cuántas virginidades de todo tipo se pierden en estos mágicos días!
Es el tiempo del manido “Carpe Diem” ya sea en una calurosa ciudad, en una recóndita playa o en un bucólico bosque de tilos; cada minuto cuenta, cada placer nos espera, cada orgasmo nos llama.
Con todo, mi estación anual preferida es el otoño, tiempo en el que la naturaleza se desnuda y los humanos de visten, tiempo de melancolías... (septiembre ya está a la vuelta de la esquina aunque no lo parezca)
Deseo a todo aquel que lea estas líneas que disfrute de estos hermosos y lujuriosos días sea cual sea su situación o condición, pues el sexo y el tiempo son muy igualitarios para todo aquel que sepa disfrutarlos; las oportunidades se presentan siempre, en nosotros está aprovecharlas o no.
Yo como Voltaire creo que: “Siempre la felicidad nos espera en algún sitio, pero a condición de que no vayamos a buscarla”
Un saludo y hasta dentro de unas semanas, cuando el presente escribiente regrese a las realidades del mundo para compartir sus reflexiones con sus “amigos desconocidos”.
¡ Libertad, alegría y democracia real!

martes, 26 de julio de 2011

Doble penetración


“Sin duda ella se servirá de ambos al mismo tiempo con el objetivo de encontrar mayor placer aún; que las sacudidas voluptuosas con las que agitará al que la penetre por delante sirvan para precipitar al éxtasis a aquel que introduce el miembro en su trasero, y que, inundada por el semen de ambos, se muera de placer derramando el suyo”
(Filosofía en el tocador-El Marqués de Sade)


Una de las practicas sexuales que más me impactaron cuando empezaba a descubrir el sexo fue sin duda la “doble penetración”; la pornografía ha buscado incesantemente esta practica que une a la vez morbo, exotismo y sexo grupal.
Si siempre mi fantasía erótica ha sido la del manido trío con dos lesbianas, no es raro encontrar amigos que tornan su fantasía en participar en una “doble penetración”. Eso si, curiosamente el lugar que les gustaría ocupar por amplia mayoría suele ser el del trasero de la mujer; dos morbos en uno, el sexo grupal y el sexo anal.
Efectivamente en el  imaginario de las practicas sexuales la “doble penetración” no es algo extraño ni raro, pero como me gusta señalar, lo mental dista mucho de lo real.
Yo reconozco que no he participado nunca en esta práctica, pero si bien solo tengo una referencia directa de alguien que si lo ha hecho, quiero expresar mi opinión.
Un primer asunto que llama mi atención es que, aunque pueda parecer lo contrario, creo que la persona que menos disfruta de este “trío” es la mujer. En toda practica sexual un elemento importante es la libertad de acción, y en el caso de la doble penetración la mujer esta realmente muy limitada, pues con una polla en el trasero y otra en el coño su movilidad esta realmente constreñida. La mujer así, se vuelve más que un sujeto, un objeto.
En mi opinión seria necesario antes de llegar a esta practica disfrutar de sus dos componentes por separado. Por un lado el sexo grupal, que no es ni mucho menos tan común como podría parecernos, (al menos en el entorno social en el que yo me muevo).
La imaginación lo soporta todo, pero la realidad no, y son cosas bien distintas excitarse  pensando en un grupo que participar realmente de él.
Por otro lado, el sexo anal si bien es bastante común en las practicas homosexuales, es raro en las practicas heterosexuales. Puede que yo viva en un mundo muy “reprimido”, pero me basta una mano y me sobran dedos para contar el sexo anal que he tenido con tías.
Normalmente se tienen muchos reparos al sexo anal, y las chicas en particular mucho más; puede ser muy gratificante, pero las primeras veces no suele ser agradable y hay que reconocer que no deja de ser una practica sexual de “gusto minoritario” en su vertiente pasiva.
Siempre parto de que el buen sexo tiene que nacer del libre y gustoso consentimiento de las partes de forma que, analizados los elementos que componen la “doble penetración”, si bien es relativamente fácil encontrar dos hombres, la mujer capaz de disfrutarlo es muy difícil de encontrar. Evidentemente no todas las chicas son como la heroína de Sade y “mueren de placer” mientras se corren inundadas por semen de dos folladores acompasados; ya es difícil lograr un orgasmo simultaneo entre dos...con que entre tres...
Una vez escuche por personas interpuestas la historia de una pareja en la que el chico propuso a su chica esta práctica. No habían ni tan siquiera practicado un intercambio de parejas cuando de tanto insistir y casi mediante “chantaje emocional” la chica accedió a dejarse hacer una doble penetración.
El resultado fue tan desastroso y desagradable que  la pareja rompió unos días después; lo dicho, la imaginación lo aguanta todo, pero la realidad es muy diferente.
Las actrices porno están acostumbradas al sexo anal, al sexo grupal y para ellas una doble penetración no significa buscar el “placer doble”, significa una actuación más.Por cierto, el trío muchas veces pasa a cuarteto cuando un “tercer hombre” mete su polla en la boca de la mujer doblemente penetrada; una variación más sobre el mismo tema.
Precisamente uno de mis propósitos a la hora de escribir este blog es el de tratar el sexo desde un punto de vista real, no mitificar nada sino escribir las cosas con naturalidad.
Me resulta mucho más comprometido y personal escribir “entradas filosóficas” que entradas puramente sexuales, en el fondo, en las primeras trato de cosas mucho más íntimas. Mi verga, mi vida sexual, mis orgasmos o la calidad de mi semen, son francamente comunes, en poco me diferencian de otro hombre; el pensamiento, mis creencias y mi forma de ver la vida, como las del lector, son únicas.
Un amigo suele repetir una frase muy grosera cosecha de su abuelo, que seguramente viene del saber popular: “Todas las mujeres son iguales si se las mira por donde mean”; (es igualmente aplicable a los hombres con más o menos centímetros de polla)
Durante un tiempo yo también mitifiqué la “doble penetración”, pero sintiendo un poco de consideración respecto a las personas que comparten el placer del sexo, es muy complicado lograr la satisfacción real en el trío que la pone en practica.
Puede que sea una de esas cosas que es mejor dejar en el pensamiento o ver en la televisión mientras uno de hace una  generosa paja, que ejecutar en la realidad; pues  como señaló un revolucionario: “ Cuando los placeres que uno se niega no resultan un placer, uno se siente doblemente decepcionado pues no solo pierde una ilusión sino que además siente que ha perdido el tiempo”