Seguidores

miércoles, 6 de junio de 2012

El cine y el porno para mujeres de Erika Lust


Debo reconocer que soy un diletante respecto a la crítica cinematográfica, pero desde hace mucho me he interesado por la cinematografía erótica. Era un adolescente cuando vi por primera vez “Emmanuel” y desde entonces sigo enamorado de esa Sylvia Kristel de los 70.
Desde hace algunos años vengo escuchando y siguiendo las creaciones de Erika Lust y su llamado “porno para mujeres”, una pretendida pornografía diferenciada del genero.
Así cada año aparece una producción de esta directora, guionista y escritora.
  1. Cinco historias para ellos
  2. Barcelona Sex Project
  3. Las esposas
  4. Life Love Lust
  5. Cabaret Desire
(Estas son las películas que he visto y que creo componen casi toda su filmografía).

La verdad es que por ahora, conforme a mi idea del erotismo y la pornografía, nada nuevo hay bajo el sol en ellas, y si bien estas películas tienen una factura “más elegante” que las películas de porno “normales” no supone un cambio respecto al modelo general.
La estructura argumental del porno sigue siendo inexistente consistiendo simplemente en un cúmulo de nexos más o menos gratuitos entre escenas de sexo. La escena concreta nos puede resultar mejor o peor, más excitante o menos, pero no deja de ser más de lo mismo.
La película que más se acerca a mi concepción del erotismo-pornografía de nueva factura y que se une al cine “normal” es la película “ 9 Songs” del director británico Michael Winberttom, cine erótico con sexo explicito pero con una idea de “cine” moderno, rodada con delicadeza y un aceptable hilo argumental; desgraciadamente también falla respecto a la ligazón de las escenas sexuales.
Si la diferencia entre erotismo y pornografía radica en si se ve o no una penetración, podríamos señalar que si bien en el “erotismo” si se han creado películas de “Cine”, en la pornografía aún esta por llegar esa película. ("Soñadores": modelo de una gran película en al que el erotismo es más que manifiesto y a la que le falta muy poco para llegar al modelo que yo propongo)
A cualquiera, a poco que haya visto cine, se le vendrán a la cabeza unas cuantas películas donde evidentemente hay escenas de alto voltaje y de un gran erotismo sin llegar ni remotamente a la visión de “sexo explícito”.
Se han tratado de llevar actrices porno al cine ordinario para elaborar este tipo de películas, pero ese porno se queda entre dos caminos sin llegar a ningún sitio.
Si un porno “más sensible” es un porno de mujeres o no, es un debate en el que no entro, simplemente es verdad que  se agradecen escenas de sexo bien rodadas y de buen gusto, como las que he visto en las películas de Erica Lust.
¿Existe un porno específico de género?. Esta directora así lo pretende aunque yo no lo creo pues, hombres y mujeres, pese a tener  una genitalidad diferente no tenemos un cerebro tan distinto; la pornografía no excita nuestros genitales, sino nuestra mente.  
Que estas películas suponen una renovación del genero... es harina de otro costal y yo personalmente creo que ni mucho menos se puede considerar que llega a tanto; Erica usa actores porno y por lo tanto, cae en los vicios del porno ordinario, sin guiones sólidos capaces de sustentar una historia. 
Se que lo que propongo es una quimera, pero mi idea de “película” capaz de unir el cine “normal” y el porno pasa por actores tal cual y no actores porno. Una película con argumento, con interés en la historia y en al que haya una o varias escenas de sexo explícito pero argumentalmente necesarias.
Imagine el lector una película en la que haya una buena historia y en la aparezcan sus actores favoritos, después únale escenas de sexo explicito pero no gratuitas sino necesarias en la historia... esa sería la “película”. Nacería un genero completamente nuevo y brillante en el que el sexo explicito que hipócritamente se esconde y se margina al porno, aparecería como una realidad más. Quitemos esas mojigatas escenas de sexo calenturiento y pongamos sexo de verdad en ellas, tal cual,  explicito y bien rodado.
Seguimos metidos de lleno en la hipocresía más asquerosa, nadie ve pornografía pero las páginas más consultadas en Internet son las pornográficas. ¿Los ordenadores van a ellas solos?.
Cuando nos ruborice más ver en la pantalla un beso apasionado que una penetración, habremos avanzado mucho como humanidad, pues el sexo habrá dejado de ser un tabú y simplemente lo consideraremos una realidad más del hombre. Seguramente pocas personas usarán entonces la pornografía para sus solitarias satisfacciones, y la gran mayoría disfrutará de un sexo sano y sumamente satisfactorio.
Soy un soñador, pero soñar es el primer paso hacia la utopía que lleva a las realidades.