Seguidores

martes, 12 de junio de 2012

La libertad y las relaciones


“No se puede amar sin libertad, no se puede amar estando prisionero” (Jorge Bucay)

Hay ocasiones en los que siento que la sociedad en estos tiempos de crisis camina hacía la involución en todo lo relacionado con los valores; poco a poco la gente se acostumbra a no pensar y asume sin más, las “verdades” que otros les proporcionan.
En un mundo de sentimientos trivializados hasta extremos pueriles no dejo de sonreír ante afirmaciones tópicas como: “La base de la pareja reside en el amor”
Usamos un concepto de amor decimonónico para después pasarlo por el tamiz de lo superficial y el utilitarismo más desgarrador. Entonces se escuchan cosas como: “Se ha roto la pareja porque se acabó el amor”. ¿Pero de que amor hablamos? ¿Qué relación existe en esa pareja que hoy se rompe?.
Pueden darse tres tipos de relaciones en una pareja y solo en dos de ellas es necesario el “amor”.
  1. Una relación de amor sin sexo (francamente minoritaria)
  2. Una relación se sexo sin amor
  3. Una relación de sexo con amor
 Parto de la base de que los tres tipos de relación son igualmente respetables, no hay ninguno preferible a otro pues son los individuos los que determinan la conveniencia para ellos de un  modelo u otro.
Establecidas así las cosas si el nexo común no esta en el amor, ¿dónde está?. Desde mi punto de vista el elemento común a toda relación verdadera esta en la libertad; en la libertad del individuo para elegir, para compartir, para darse a otro.
LA libertad no consiste en hacer lo que a uno más le place sino en autolimitarse conforme a las normas que uno se impone a si mismo.
Muchos de los mal entendidos que surgen en las parejas nace precisamente de una falta de comunicación por la que cada cual entiende de forma diferentes sus deseos, sentimientos e ideas. Las cosas que se hacen por obligación en estos temas terminan tarde o temprano degenerando en frustraciones.
Si libremente estoy con una persona lo estoy porque la prefiero a cualquier otra y soy feliz con ella a la vez que me siento bien a su lado. Esto puede darse de forma más limitada si la relación es puramente sexual, pero se dará en toda su extensión en el caso de una relación de amor y sexo.
Señaló Josef Zinker: “El amor es el regocijo por la sola existencia del otro”
En este sentido como analicé en la lectura de “La Venus de las Pieles” , toda relación basada en la libertad es la que realmente nos permite ser felices.
Aparentemente la relación que nos parece menos conforme a este paradigma de libertad es la D/s pero precisamente se ajusta también a lo que he señalado perfectamente. El esclavo libremente se somete a su amo que también libremente acepta su responsabilidad; para ajustarse a lo que yo estoy señalando solo le falta un elemento que normalmente se da en estas relaciones: la posibilidad de rescindir esa situación unilateralmente por cualquiera de las partes en cualquier momento.
Es decir, si me someto es por libertad, en su ejercicio y con mi plena voluntad de hacerlo.
Lo mismo sucede en una relación basada en la más absoluta igualdad, pues mientras estamos juntos libremente disfrutamos de los placeres de la compañía de un igual en muchos casos complementario.
En alguna otra ocasión he comentado que adoro vivir en una época en la que es muy común encontrar mujeres educadas conforme a los principios de la igualdad y plenamente libres de viejos prejuicios y dogmas, capaces de pensar por si mismas de forma mucho más acertada y brillante que el común de los hombres. Esas “mujeres modernas” me han parecido siempre sumamente atractivas pues unen al encanto físico el encanto intelectual que yo personalmente solo siento por un igual.
Como amo la libertad y la igualdad en las relaciones no puedo comprender a aquellos que con aptitudes machistas pretenden la inferioridad del otro sexo, de igual forma me opondré siempre al feminismo recalcitrante que busca  sustituir una injusticia por otra.
La base de una pareja no reside en el amor sino en el vínculo que libremente ellos establecen, pues gracias a la libertad ese vínculo toma fuerza y de mantiene; el día que ese vínculo se rompe, la libertad que los unión se trasforma en la libertad que los separa.
¿Significa esto que las relaciones son por naturaleza cortas?. Simplemente durarán lo que el vínculo que los unió de mantenga, un día o quizás toda la vida.
En una relación en la que interviene el amor, evidentemente este será un elemento importante en la misma y determinará la fuerza de ese vínculo, pero el amor que se siente el primer día no puede ser, ni es, el mismo que después de años 30 de relación, el amor cambia, evoluciona, se trasforma, pero la libertad y las ganas de estar con una persona determinada sobre todas las demás de este mundo, puede ser igual que las del primer día, aunque las razones sean ahora diferentes que entonces.
Las personas se esfuerzan en culpar al otro del fracaso de su relación, pero realmente cuando un “vinculo” se rompe el fracaso es de los dos.
La clave de todo reside en que yo, plenamente libre, podría pretender a cualquier mujer del mundo, pero en uso de mi libertad he decidido que la única mujer que siento en mi corazón y me importa, eres tú.