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martes, 18 de septiembre de 2012

En apoyo del 25 de Septiembre “Ocupa el Congreso” y la necesidad del cambio

Artículo 35
“Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es, para el pueblo y para cada una de sus partes, el más sagrado de sus derechos y el más indispensable de sus deberes” (Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano 1793)

Dados los acontecimientos que están por venir, hoy me permito cambiar completamente de registro en este post y romper con la natural temática sexual que ocupa y preocupa mis escritos.
Hay momentos en los que una persona debe posicionarse respecto a aquellos acontecimientos que considera importantes y en esta ocasión la convocatoria “25s Ocupa el Congreso” propiciada por la Plataforma “en Pie”  marca una de esas oportunidades.
Llevo mucho tiempo siguiendo la señalada convocatoria por a red y después de superar mis dudas iniciales, a día de hoy solo puedo apoyar la señalada iniciativa. Hay momentos en los que uno debe tomar partido, y en esta ocasión, siguiendo mis principios, no puedo tomar partido más que por aquellos que defienden los últimos retazos de libertad frente a un gobierno felón.
Hoy como en tiempos de Sade  existe en este país una “casta” de privilegiados que parasita a la inmensa mayoría de hombres mientras ellos, libres de responsabilidades, continúan disfrutando de la “ dolce vita” gracias a esa injusta condición.
El sistema establecido en la constitución de 1978 puede que fuera el mejor posible en aquel tiempo pero hoy queda muy lejos de constituir una verdadera democracia. El sistema que en su día debió evolucionar por una vía de reforma hoy debe perecer por la vía de un cambio radical. O defendemos los últimos retazos de libertad que nos queda  o ineludiblemente seremos esclavos de los políticos de la “casta” y de sus banqueros.
Si hoy el despotismo se ejerce de forma más sutil que en tiempos del Divino Marqués, ello no significa que no vivamos bajo esta nueva clase de despotismo.
Un sistema en el que no hay separación de poderes, donde no se respeta la libertad individual, donde mediante impuestos injustos se hace pagar a los pobres los pecados de los ricos, no es un sistema democrático, simplemente es una aristocracia donde unos pocos mandan y una masa obedece.
La lógica nos dice que aquellos que nos han conducido a la crisis no pueden ser su solución y menos cuando su principal interés es mantener sus prebendas. El PP y el PSOE son idénticos perros con distintos collares y lo peor es que, el sistema que ellos mismos han creado, impide toda renovación en sus anquilosadas estructuras. Los cauces normales de participación política de la sociedad han sido cegados y ahora no queda otro camino que el desbordamiento de los mismos.
Así el 25s, con sus errores y aciertos representa el necesario grito de libertad de una ciudadanía cansada de ser el espectador mudo de una injusticia.   
La historia nos ha enseñado que un periodo de cambio es un tiempo de incertidumbres y excesos, pero hay ocasiones en los que las dificultades no deben impedir la ejecución de un deber.
Todos estamos condenados a perder los pocos derechos que nos quedan si no somos capaces de reaccionar con contundencia y determinación en sus defensa; hoy el único defensor del pueblo no puede ser otro que el propio pueblo.
El 25s no nos engañemos, es un acto de desobediencia civil fuera de los límites del estrecho campo de juego que esta seudo-democracia establece; pero o jugamos fuera de los tramposos limites que nos imponen o solo podremos sentir la impotencia de no hacer nada.
Desde estas líneas expreso todo mi apoyo al 25s que con sus aires de cambio y libertad debe significar un antes y un después  respecto a como entender la democracia y la libertad en este país.