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martes, 30 de octubre de 2012

Ruby Sparks o una nueva Galatea

Uno podría leer este libro y pensar que es magia, pero enamorarse es un acto de magia. Y escribir también lo es. Se dijo sobre el Guardián del Centeno: “El milagro poco común de la ficción ha sucedido de nuevo. Un ser humano fue creado a partir de tinta, papel e imaginación”. Yo no soy J.D Salinger, pero fui testigo de un milagro poco común. Todo escritor puede atestiguar en el estado más afortunado y feliz, que las palabras no provienen de uno, sino que pasan a través de uno” (Calvin-Película: Ruby Sparks) 

Hace unos poco días han estrenado en los cines una deliciosa película cuyo tema principal parte del sempiterno mito del Pigmalión; asunto que ocupo un post en este Blog no hace mucho.
En esta película se sustituye al rey de Creta por un escritor y a Galatea por Ruby Sparks y tenemos ya parte del tema principal desarrollado, aunque precisamente son las “variaciones sobre un mismo tema” lo que caracteriza el placer de ver este film y nos lleva a nueva reflexiones.
Si algo siempre me ha encantado de la mitología greco-latina es que en sus historias hay elementos eternos nacidos de la propia esencia de la naturaleza humana, y mientras el hombre exista siempre nos acompañarán estos mitos.
Esta vez, el elemento que me interesa tratar no esta en la parte del “cambiado” o de Galatea, sino de la parte del “cambiador” o Pigmalión.
Es evidente que Pigmalión para bien o para mal no podía ser un ser “ordinario”, pues por naturaleza el objeto de deseo del hombre se asienta sobre cuerpos reales, mujeres de carne y hueso muchas veces alejadas del academicismo propio de una estatua de mármol. Vemos pues que estamos ante un hombre solitario y soñador que dentro de su mundo, busca ese amor que ve inalcanzable en la realidad. Pigmalión no busca una mujer real, no desea una mujer real, busca “su” ideal de mujer, “su” ideal de belleza, “su” ideal de relación; es por lo tanto un ser que en parte esta fuera de la realidad, un gran soñador a fin de cuentas.
Partiendo de estos conceptos, la estatua de mármol representa la estática materialidad de una idea, que como tal es inanimada, pues la belleza y perfección solo pueden mantenerse en ella en su condición de estatua.
En el momento que Galatea cobra vida, deja de ser perfecta y es aquí donde con mucho acierto la película basa su desarrollo.
En un primer momento al ver el mito clásico podríamos pensar que la historia de amor entre Pigmalión y Galatea es perfecta, con un bonito final feliz de: “vivieron felices y comieron perdices”, pero...¿realmente podemos concluir que la vida de estos dos amantes sería feliz?.
La película nos muestra la vida de estos dos “seres” una vez producido el milagro de la materialización en la realidad de Galatea, y me parece fantástica la forma en la que nos muestran esa vida ordinaria de la que el viejo “mito” no nos dice nada.
No voy a desvelar más sobre el film para no quitar placer al lector si se decide por verlo, digamos que yo lo recomiendo sobre todo porque no dejando de ser una “comedia romántica”, es una producción de cine independiente que se libra de los edulcorantes propios del cine comercial americano.
La pregunta que planteo al lector ahora es: ¿Crees que como Pigmalión podrías ser capaz de crear un ser perfecto para ser tu compañero en la vida?
Yo opino que cuando una relación nace tan sumamente desequilibrada, y donde una individualidad parte de otra, hay muchas posibilidades de que todo sea un desastre.
O el ser dependiente finalmente busca su libertad, o el “creador” sufre la frustración de ver como su idea perfecta, se ha trasformado un una realidad imperfecta.
Por mucho que nos cueste reconocerlo, el hombre fue creado para ser un eterno insatisfecho y es en los limites a nuestros deseos donde hemos de encontrar la calma que conduce a la felicidad.
No se es más feliz por ver como todos nuestros deseos son satisfechos, esto muchas veces conduce a los más terribles desastres vitales, se trata de ser feliz dentro de nuestros personales condicionantes, dentro de nuestras frustraciones e insatisfacciones.
Por eso creo que frente a lo que a priori podría parecer, la pareja Pigmalión -Galatea debería pasar por serios obstáculos para poder efectivamente consolidarse como una unión feliz. No doy el fracaso por seguro solo porque Galatea es un ser “nuevo” con una ilimitada capacidad de evolucionar y por ello, capaz también de arrastrar con ella a la realidad a Pigmalión. Mientras uno vivía en al realidad pero soñaba con las ideas, el otro vivía en las ideas para soñar con la realidad.
No quiero terminar sin volver a recomendar a quien le hayan parecido interesantes estas reflexiones la visión de “Ruby Sparks”, no solo se divertirá, también podrá revivir el viejo mito y nacer a nuevas reflexiones sobre el mismo; como me ha sucedido a mí.
(Lamento no poder tratar otro tema interesante que desarrolla la película y que versa sobre la literatura y la creación literaria, pero tampoco se trata de aburrir al amable lector que por aquí tiene a bien transitar.)

6 comentarios:

  1. Creo que la perfección si existiera acabaría aburriéndonos.
    La vida ha de tener matices para que sea amena, interesante, atractiva.
    Si estoy en un continuo mundo de perfección, quién me iba a sacar de mis casillas, quién me iba a hacer pensar y descubrir que hay otros horizontes más interesantes que los míos???
    Me gusta hablar con el que no coincide conmigo, me nutre y me enriquece.
    Será todo imperfecto, claro, pero desde la mía puedo perfeccionar(me)un poco.

    Soñar con ella está bien en mi caso para escribir, no para convivir.
    Me asustan los "perfectos", así de simple.
    Si, me reconozco y me gozo imperfecta, Marqués :)

    Por cierto, bien empieza este post, citando mi libro favorito.

    Y ahora te dejo, con un beso y un aroma de dalia

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  2. Poco puedo añadir pues comparto tu opinión; nada más soporífero que un ser perfecto. Como suelo decir: "No son las perfecciones las que unen a las personas sino la aceptación de las imperfecciones".
    El Guardián del Centeno es también una de mis novelas preferidas,y como escritor neonato una referencia de como se debe escribir. Besos y gracias por el aroma de dalia.

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  3. Yo no tengo el gusto de conocer la perfección, y ciertamente no tengo ningún interés en ello; dicen que más vale lo malo conocido...jeje.

    Ya que recomiendas la peli la buscaremos.

    Un saludo.

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    Respuestas
    1. Ya sabes que sobre gustos... no hay nada escrito. A mi me gustó.

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  4. Marquès... no soy mujer adicta al cine,el dìa que se me presente una oportunidad con el tiempo, he de ver lo que recomiendas.
    Por ahora ando entre bambalinas, presentando escenas de taller de teatro y lo que se me presente.

    ¡¡¡ interesante tu blog !!!

    un beso desde Argentina

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  5. Muchas gracias Doris.¡Qué hermosa tierra esa en la que estás!. Un beso enorme.

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