“Deliciosa mujer, si existe un Dios en el cielo y es justo,
vos debéis de ser la mujer más feliz de la Tierra, puesto que sois la más
hermosa” (Juliette-El Marqués de Sade)
La semana pasada escuche con mucha tristeza la noticia de la
muerte de Sylvia Kristel, mundialmente conocida por ser la protagonista de la
película erótica por antonomasia: “Emmanuel”
Siempre que hablo de cine y erotismo me viene a la cabeza
esta película que desde la primera vez que la vi me marcó para siempre.
Era yo aun un adolescente cuando logré armarme de valor y
comprar el vídeo con este mítico largometraje. Supongo que como a tantos y
tantos espectadores de este film desde entonces Sylvia Kristel y Emmanuel
fueron el mismo “objeto de deseo”.
Y esa fue la maldición de Sylvia, no poder escapar al
personaje que dio vida y como consecuencia, también perder la suya en un ir y
venir con las adicciones.
Muchas horas he pasado viendo esta película y masturbándome
gracias esta imponente mujer que personificaba toda la sexualidad en sus
formas. Con los años, perdí de vista el viejo vídeo y ahora con el DVD, he
vuelto a verla ya con otros ojos muy diferentes a los aquellos primitivos
ardores de pubertad. Pero la película me sigue resultando fascinante, más aún que
entonces.
Eso si, recuerdo la cara de tonto que se me quedó cuando por
primera vez vi la escena en la que una stripper oriental se fuma un cigarrillo
con el coño...¡como olvidarlo!.
El erotismo es deseo, y por lo tanto el no enseñarlo todo, y
en Emmanuel todo es elegancia , insinuación y belleza.(salvo precisamente la
escena de la stripper)
Sylvia Kristel es un mito erótico imperecedero, pues en su
cuerpo se representa el deseo oculto en la naturaleza humana; contrariamente a
los pajilleros principios con que vi el film, las imágenes nos excitan no tanto
por lo que se ve como por lo que nos hacen sentir y desear.
Resulta que en el ya lejano 1974 se concluyó la
película que representa el modelo del
erotismo cinematográfico, y aunque alguna película posterior puede ser buena en
el género, el modelo único es esa Emmanuel perdida en oriente y descubridora
del sexo, del placer y de las perversiones.
Los mitos es lo que tienen, que una vez se erigen como tales
son inalcanzables y cualquier comentario queda muy lejos de hacerlos justicia.
La persona de Sylvia Kristel ya fue sepultada en vida por
Emmanuel, pero ahora en la muerte esta le concede la eternidad. Pasarán los
años, los siglos y en esos ojos azules, en esos pechos firmes y bien torneados,
en ese pubis insinuante, en la silueta perfecta de esa veinteañera holandesa se resumirá lo que es el erotismo,
el deseo y el placer.
Sentí una profunda tristeza cuando me enteré de la noticia
de la muerte de esta actriz, hacia muchos años que como los juguetes rotos,
poco interesaba más que como simple curiosidad lo que acontecía en su vida.
Como dice la frase sadiana con lo la que abro el post,
Sylvia hubiera merecido ser la mujer más feliz de la tierra, pero negros
nubarrones tiñeron su vida hasta que hace una semana nos dejó. Sirvan estas
líneas de sentido homenaje a la mujer... el mito no las necesita.
Es una pena que su condena haya sido el deseo de muchos, pero como bien dices el mito la mantendrá viva. Besos.
ResponderEliminarNunca se es realmente feliz del todo...por más que uno se esfuerce, y más aún si además eres de sentimientos extremos, de pasiones excedidas, de hechos profundos....
ResponderEliminarCreo que a todos nos impactó esa famosa escena ( y por qué no decirlo, es un placer retenerla en la retina de la memoria)
Un placer estar aquí con usted.
Pues aunque parezca mentira abrió la mente a muchos jóvenes que la represión existente nos tenía amordazados.
ResponderEliminarDescanse en Paz.
Saludos