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domingo, 20 de mayo de 2012

La primavera la sangre altera

“En mayo, florecen los pubis de los ángeles” (Rafael Pérez Estrada)



Muchas veces nuestra vida urbanita nos limita la contemplación de la naturaleza y la inexorable influencia que esta ejerce sobre nosotros.
Esté año, la prolongación del tiempo frío a provocado que la llegada del calor haya sido más repentina y el “destape”general mucho más llamativo; pasar en unos días del abrigo a las mangas de camisa es sin duda un cambio radical.
Yo suelo definir las estaciones de la siguiente forma: El invierno es elegante; la primavera es sexual; el verano es fogoso y por último el otoño es melancólico.
No tengo dudas de que la primavera es la estación del sexo por antonomasia, solo nos basta observar a la mayoría de los animales que en estos días buscan su ración de sexo anual; un sexo concentrado e intenso.
Ya dice el refrán castellano que “la primavera la sangre altera”  y aunque me faltan datos estadísticos para apoyar esta conjetura, pienso que en estas fechas la actividad sexual de las personas es la más intensa del año. El hombre es un animal racional, y como animal, no muy diferente a un gato o un perro en sus necesidades básicas.
Salir del invierno es salir del “puritanismo estético” en el que los abrigos y vestidos ocultaban lo que el clima bonancible ya permite mostrar en todo su esplendor.
Los ojos si bien es verdad que no siempre ven belleza, si al menos admiran cuerpos que se muestran en su rotundidad; la carne se nos muestra sin velos en todo su esplendor.
Los hombres que gustan de “camisetas ajustadas” esa hora cuando pueden lucir palmito sin delatar como en el invierno un exceso de narcisismo.
La palidez poco a poco va dando paso al bronceado y el tiempo de las piscinas, playa y baño ya se atisba en el horizonte; este es el tiempo en que los cuerpos se buscan y en el que gracias a este movimiento general, las oportunidades crecen proporcionalmente  al libido que en cada ser humano ha encendido la naturaleza animal.
Por mi naturaleza interna soy hombre de “otoño” pero frente al sentimentalismo otoñal, la primavera nos muestra los placeres que están al alcance de quien quiera buscarlos.
Mi único consejo para disfrutar plenamente de este tiempo es no perder el rumbo, y en el caso de los hombres, reducir en su justa medida los calentones de la entrepierna.
Estos días muchas conversaciones con compañeros de género versan sobre el “calentamiento general” de la sangre que no hay duda que experimentamos y supongo que a las mujeres en parte, también les sucederá lo mismo. (a fin de cuentas no somos tan diferentes).
Yo como señalé en el post sobre “seducción” aconsejo continencia en el sentido de mantener las ideas claras a la hora de hacer los acercamientos hacia el otro sexo, nada me parece tan vulgar como las torpes actuaciones de algunos movidos solo por la neurona que no tienen en la cabeza. Como en los cuentos, hay muchos Faunos y Sátiros por nuestras calles buscando ninfas del bosque...y no tan ninfas
Esta es la época de la “fresas con champagne”, hagamos que el placer sea también distinguido  y ayudemos a que duré lo más posible más allá de orgasmo mecánico. Estamos en primavera y como dice la frase que encabeza este post: en mayo, florecen los pubis hasta de los ángeles.

4 comentarios:

  1. Que corra la sangre...!!! que el calor no cese jeje

    Un beso!!

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  2. Un placer leerlo siempre, eriza la piel y humedece profundidades...

    Saludos de agua desde mis bahías que lo esperan...

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  3. Que placer la subida de temperatura y la bajada de ropa...

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  4. Soy hombre de primavera, es mi estación favorita la espero todo el año con grandes ansias y nada es más maravilloso que apreciar el despojo de los abrigos, como amante de la piel blanca la sola presencia de unos brazos a la luz después de tanto meses sin exposición me pone a mil y como fetichista de pies confeso no te imaginas lo increíble que es apreciar unos bellos pies desenfundados después de muchos meses de hibernación obligada. Soy simple en ese sentido, lo lamento pero lo reconozco. Mas sólo miro, admiro, degusto mentalmente, pero de lanzado naaaaa que ver, jamás me atrevo a abordar a alguien y no es por timidez sino por respeto y por no dejarme ver como un lujurioso descarriado. Que viva la primavera !!.. :)

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