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miércoles, 23 de mayo de 2012

Cunnilingus

“__ Déjame hacer_ me dice al fin, después de haberme tumbado en la otomana, las piernas muy abiertas__, déjame probarte, amada, que sé dar placer a una mujer.
Entonces dos de sus dedos trabajaron mi clítoris y mi ojete, mientras su lengua, sumergida en mi coño, sorbía ávidamente el flujo que excitaban sus titilaciones. Nunca en mi vida había sido excitada de esa manera; descargué tres veces seguidas en su boca, con tales orgasmos que creí desvanecerme” (Juliette-El Marqués de Sade)


Hace algunos días me vi inmerso en una conversación relativa al sexo oral; en un primer momento todos coincidimos en que las “mamadas” eran una de las mejores y más placenteras practicas sexuales. Inmediatamente después, surgió la lamentación  relativa a  que no todas las chicas están dispuestas a practicar tan deseada actividad, y que tal cosa era de lo más absurda y demostraba los prejuicios que aún anidan en lo relativo a las  practicas sexuales.
No hubo dudas en que si bien en el sexo hetero las felaciones son un ingrediente más, en el sexo “homo” eran un ingrediente principal; como conclusión a este primer dialogo se llegó a la conclusión de que las mejores mamadas indudablemente debían hacerlas los hombres pues “nadie mejor que un hombre para saber que hacer con una polla”.
Esto nos llevo a pensar que  “sensu contrario” las que mejor hacían el cunnilingus eran las mujeres, y fue entonces cuando comprobé las enormes reticencias que había en los hombres en relación a practicárselo ellos mismos a una mujer.
Es decir, que frente a lo que nos venden en la realidad, las mujeres son reticentes a hacer mamadas mientras que los hombres lo son a hacer cunnilingus.
Hay ocasiones que es suficiente escarbar un poco en la realidad para comprobar que las apariencias esconden realidades diferentes a las que nos venden. Yo muchas veces he escrito en este blog que frente a la apariencia de “libertad sexual” se esconde una pobreza y un puritanismo sexual muy acentuado.
Por otro lado se nos vende que practicar una felación o un cunnilingus es menos comprometedor que tener sexo completo, cuando desde mi punto de vista el grado de intimidad que hay que tener para estas practicas es mayor que el que hay que tener para el simple folleteo. Salvo que con estas practicas evidentemente no hay riesgo de embarazo, respecto a las enfermedades de trasmisión sexual (ETS) el riesgo no solo es igual sino mayor, entre otras cosas porque muchas veces se evita usar profilácticos.
No dejo de considerar que el hacer una mamada o un cunnilingus a un desconocido sin protección es jugar a una ruleta rusa en la que el riesgo de que nos toque “premio” es singularmente alto, y sin embargo mientras para follar si usaríamos condón en el sexo oral hay muchas más dudas.
Una vez escuche a un conocido gay decir que el prefería las mamadas a pelo porque con condón parecía que estabas “comiendo goma”.... ; otro me señaló que un día que se fue de putas le comió el coño a una.... ¿Cómo hay aún tantos insensatos sueltos por el mundo?.
El sexo esta para ser disfrutado, pero desde mi punto de vista se disfruta más si hay una mínima seguridad en su practica; bien es cierto que nunca hay seguridades al 100%, pero no por eso debemos arriesgarnos a que nuestra sexualidad pase de ser una fuente de placer a una de dolor.
Aun sin considerar las ETS, creo que la intimidad que hay que tener con la persona a la que se practica el sexo oral debe ser sino muy estrecha, al menos si de confianza.
Más concretamente en relación con el cunnilingus que titula esta entrada he de confesar que es una practica que no he realizado todo lo que me hubiera gustado, pero de siempre he seguido el principio que acabo de señalar: “hay que tener más intimidad con alguien con el que se practica el sexo oral que con alguien con el que simplemente se practica sexo”.
Por otro lado, una mamada con condón es sencilla en comparación con un cunnilingus; bien es verdad que hay barreras de látex y que también se puede cortar un condón para el mismo fin, pero no se escapa la tremenda incomodidad que supone para el que lo hace y la que lo recibe, pues esta “barrera” permite chupar pero impide que la lengua se mueva libremente por las intimidades femeninas.(los flujos igual que son peligrosos también son excitantes y sabrosos.)
Que un hombre tenga destreza a la hora de “comer un coño” es un elemento indispensable a la hora de “cumplir” en el sexo, pues igual que no hay mejor “preparación” para el folleteo que una mamada , un buen cunnilingus es indispensable para calentar el más “lento” placer femenino. Tener la suficientes recursos para tocar las “teclas” que llevan una mujer  al orgasmo es lo que nos permite evaluar convenientemente si llegamos al aprobado en estos menesteres o simplemente sabemos “chupar” con buena intención.
No tengo dudas de que conforme se avance en la libertad sexual de verdad, el cunnilingus se equiparará a las “mamadas” en popularidad y lo que es aún mejor para las mujeres, en la periodicidad de su práctica.

1 comentario:

  1. Yo que en la cama soy activo y dominante, siempre he sido mucho más de hacer que de que me hagan; disfruto mucho más haciendo una comidita y los efectos que esta produce en mi pareja, que cuando me hacen a mí una felación...
    Pero, ¿De verdad existe esa mayoría de hombres reticentes a practicar el cunnilingus? A mí eso es algo que me parece totalmente incomprensible, aunque sea por el peregrino argumento de la reciprocidad.

    Respecto a las ETS... chungo, yo no veo que se pueda hacer un cunnilingus con protección... supongo que si no te fías del estado de salud de la dueña, lo mejor es abstenerse. Porque de todas formas, como comentaba esta misma semana en mi blog, muy poco españoles tenemos hecho el test, así que...

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