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martes, 7 de junio de 2011

Alcohol y sexo

“Los humos de Baco vinieron a acabar de encadenar unos sentidos que embotaba el exceso de lujuria, y nuestro héroe pasó del desvanecimiento a un sueño tan profundo que se vieron obligados a llevarlo a su cama” (Las 120 jornadas de Sodoma-El marqués de Sade)


Este fin de semana he sufrido los “efectos secundarios” del exceso de alcohol y así he encontrado un tema interesante sobre el que escribir unas líneas.
Solo con el paso del tiempo y de las borracheras, uno llega a conocerse lo suficiente  como para evitar la mayoría de las batallas que no se pueden librar victoriosamente aunque el deseo sea mucho.
Siempre he considerado el alcohol como el lubricante social por excelencia y lo suelo resumir en la frase: “A los hombres el alcohol les infunde valor mientras a las mujeres las hace más promiscuas”
Pero muchas veces es difícil saber hasta donde uno se encuentra “contento” o abiertamente ebrio, y en esa diferencia se encuentra la barrera entre una polla inerte o una verga con capacidad de erección.
Aún recuerdo la sensación de ridículo que sentí la ver como mi pene decidió seguir durmiendo morcillón mientras mi cabeza quería disponer de sus servicios de forma inmediata. Fue mi primer gatillazo y desde entonces, con las simples dudas de estar más bebido de la cuenta, me basta para evitar las más prometedoras batallas y preferir corteses retiradas.
Contrariamente a lo que ahora se estila no me gusta mucho la “genitalidad” en el sexo, y personalmente considero que la penetración es simplemente un elemento más, pero si uno esta bebido, todas las demás practicas sexuales también resultarán penosamente ejecutadas y lo que es peor, muy poco sentidas.
En estas líneas me refiero exclusivamente a la impotencia alcohólica, pues si es por otras causas, evidentemente “ancha es Castilla” en lo que a otras practicas sexuales se refiere. 
Como recomendación si uno no sabe como “puede estar” y no renuncia a la lucha, aconsejo la bebida de un par de Red Bull, en situaciones comprometidas puede “dar alas” y la cafeína unida a la taurina, levanta lo que en otras circunstancias permanecería dormido.
No todos los efectos del alcohol son malos para el sexo, si se consume moderadamente sin ser afrodisíaco, si aumenta el grado de desinhibición y retrasa el orgasmo, lo que aumenta el placer que se puede proporcionar. Los orgasmos no son tan intensos pero el aumento del tiempo de aguante, al menos por mi experiencia personal, es considerable; respecto a las eyaculaciones, son siempre menos abundantes y más líquidas.
Muchas son las experiencias que cada uno puede relatar respecto al sexo y al alcohol, pues en definitiva sus efectos en cada uno de nosotros son muy diferentes, y en cada sexo más aun.  
En fin, siempre nos quedarán las fresas con champagne en una calurosa noche de verano, un buen prólogo para refinar el placer.

5 comentarios:

  1. Me gusta este post.. yo personalmente creo que alcohol y sexo no se pueden mezclar. Considerando alcohol a mas de dos cañas (por lo menos para mi que con una ya me pongo graciosilla)

    los bares es uno de los sitios donde con mas facilidad se liga.. pero donde mas dificil tienes que un tipo remate la faena y salga por la puerta grande con las dos orejas y el rabo.

    Normalmente el tipo que intenta rematarla... sale con las orejas, pero agachadas, y el rabo, pero entre las piernas..

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  2. Está muy bien el simil taurino, pero para torear hay que entrar en la plaza, y para ello el alcohol abre puertas. Entraríamos en una peligrosa dicotomía si para ello no empleáramos la más simple táctica.
    Logra entrar en el cartel, pero no torees la misma noche... la paciencia es la madre de la ciencia. Evidentemente el alcohol y el sexo no son buenos compañeros de cama; nunca mejor dicho.

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  3. Paso a acomodarme por tu espacio... si no incomoda, claro está ;)
    Saludos!

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  4. Yo recuerdo ahce años una noche de borrachera con mi entonces pareja... fue el sexo más patético de mi vida, torpes, mareados y dos horas para al final dejarlo porque iba a vomitar de dos horas de meneo (él pobre no se corría ni a tiros). Desde entonces... nunca más. Un beso.

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  5. Olá!

    Seguindo teu blog.

    Se houver limite, não há mal alguns poucos goles de alcóol antes , durante e depois do sexo.

    O problema é saber o limite...rs

    Aproveito para convidar-lhe a visitar e conhecer meu blog que estava fechado, mais que foi recentemente reaberto...

    www.tattourouge1.com

    Seja bem vindo!

    Abraços respeitosos,

    ÍsisdoJUN

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