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viernes, 22 de junio de 2012

El Obispo de Merlo Moreno, la tentación y la hipocresía.


“Una religión que sin escrúpulo declara la guerra a la Razón a la larga no se sostendrá contra ella” ( Immanuel Kant)


Muchos ríos de tinta está proporcionando el obispo de Merlo Moreno y sus fotos con una “amiga de la infancia” en una playa del caribe. Lo último es que el Vaticano como en los mejores tiempos del SXVI se dispone a tratar este asunto y hasta el Papa va ha intervenir. Curioso que unas simples fotos desaten tanta controversia en los fríos pasillos de Roma.
Pero es evidente que algo no va bien en una institución que tiene como obispos al homófobo de Alcalá de Henares y al señor Fernando María Borgalló que puede que entre sus pecado este el de predicar y hacer lo contrario de lo que predica. Ya lo dijo Benjamín Franklin: “Los hombres son criaturas muy raras: la mitad censura lo que practica; la otra mitad practica lo que censura; el resto siempre hace lo que debe”
Yo al contrario que la jerarquía eclesiástica no voy a juzgar al obispo por estar con una mujer, por ser un hombre y tener sus debilidades, le critico por hipócrita.
Este suceso deja en evidencia una vez más que lo que ya he comentado alguna que otra vez, que tratar de negar una parte del hombre es negar al hombre mismo. El sexo y la sexualidad forman parte de todos y negarlo es contraproducente a la par que inútil.
Podemos vivir durante un tiempo encerrados en un mundo chiquitito sin sexo ni sexualidad, pero ese mundo no es real y en no mucho tiempo se desmoronara dejando paso al insano mundo de las frustraciones y las represiones. Los terribles casos de abusos en seminarios no son más que el putrefacto camino que siguen los instintos cuando no se les da un cauce natural de salida.
Ser sacerdote no cambia la naturaleza del hombre pues si Dios nos hizo a “su imagen y semejanza” el sexo vivo en el pack.
En el ya iniciado sXXI me resulta curioso como algunos se aferran a una religiosidad más propia del sXVI ; dudo mucho que a Dios le interesen nuestros devaneos sexuales, pues no es muy aceptable ver a Dios como el voyeur universal.
No seré yo quien señale el camino que la iglesia debe tomar, pues han demostrado durante más de 2000 años una capacidad de adaptación encomiable; pero la hipocresía que practican me parece un insulto a la razón.
Me resulta irrelevante que el señor Bargalló se pase unos días feliz en compañía de su “amiga” pero no me hace ninguna gracia que descerebrados como el obispo de Alcalá de Henares pronuncien discursos insultantes para parte de la ciudadanía y considere la sexualidad pura perversión, declarándose el referente moral de occidente.
Si tuviera que elegir me quedaría con el obispo que demuestra ser humano con sus debilidades carnales al descubierto; pues cuando un puritano es capaz de declarar la más extrita e imposible virtud en sus seguidores, algo cenagoso esconde en su mente.
El Ser Supremo, para los que consideramos su existencia, no creo que le interese con quién o por dónde la meto, sino si soy una buena persona y respeto a los demás.
Si Dios es amor: ¿Puede haber una mejor demostración de amor que la de compartir el placer sexual con la persona amada?.
Cada vez siento más que en mundo judeo-cristiano en el que he crecido es un cúmulo de dogmas irracionales que quizás en su tiempo tuvieron alguna razón pero que hoy solo camina por superstición. La frase de Kant con la que abro el post espero y deseo que sea profética.

1 comentario:

  1. Es verdad, qué razón tienes: hipocresía.

    Diría más cosas pero prefiero centrarme a tu post.

    Saludos

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