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miércoles, 6 de julio de 2011

La importancia de la impotencia


“Daos prisa con vuestras demostraciones, señora, pues no puedo contenerme más. Voy a descargarme, muy a pesar mío, y este terrible miembro, reducido a la nada, no podría ya servir para vuestras lecciones.” (Filosofía en el Tocador-El marqués de Sade)

Después de mucho tiempo, la enfermedad decidió hacerme una visita aunque gracias al Gelocatil y a los antibióticos ya estoy casi plenamente repuesto; no obstante,  durante mi convalecencia, encontré en mi cuerpo el tema que en las próximas líneas voy a tratar.
Si hay un asunto sexual que genera en el hombre miedo y vergüenza ese es el relacionado con la impotencia; la semilla del mal cuando el sexo es tratado simplemente como grosera genitalidad. Nunca en la historia de la humanidad ha tenido el hombre a su disposición tal cantidad, y tan variada, de medios para disfrutar de su sexualidad y satisfacer sus apetitos sexuales que en la actualidad, pero no es menos cierto que en la practica general, la mayoría de la población esta anclada en la pobreza de los tiempos pasados.
El sexo es muchísimo más que el simple acto sexual, pero en la sublimación del coito parece estar empeñada nuestra sociedad y sus altavoces mediáticos. Antes, al carecer de los actuales medios de anticoncepción en las clases cultas la imaginación trabajaba para buscar formas de placer que no llevaran necesariamente el semen a la matriz; hoy el riesgo de embarazo no se considera aunque existe,  pero tanto las clases altas como la más bajas han confluido en considerar el coito como la culminación del acto sexual. Es decir, en esta simplificación no hay sexo sin penetración.
En este contexto social es evidente que la “impotencia” supone la total postración sexual de quien la sufre; si la polla no se te pone tiesa, sexualmente no vales nada.
¿Cómo nuestra brillante sociedad ha llegado a conclusiones propias de la Edad Media?. ¿Acaso el fin del sexo sigue siendo la concepción?. ¿El no tener una verga dura incapacita para dar y recibir placer?.
Con esta presión social no me extraña que muchas veces una simple impotencia coyuntural  pueda trasformarse en una impotencia duradera gracias a los fantasmas creados en la mente del hombre.
No me avergüenza señalar que hoy aun no estoy plenamente restablecido y por ello soy “stricto sensu” impotente; mi polla flácida recuerda los tiempos de su niñez mientras mi espíritu alumbra la pervertida imaginación que genera la castidad.  Perder la capacidad de erección significa perder un pequeño elemento dentro de la capacidad general que la sexualidad nos ofrece; y aunque es deseable tener el “arma” en perfecto estado de revista, el mundo no se acaba en ello.
Psicológicamente es una liberación relativizar en el sexo la genitalidad en favor de la sensualidad, abrir el campo de juego a un mundo casi infinito de sensaciones corpóreas, más allá de los genitales.
Las mujeres creo que en este aspecto están menos embrutecidas y entienden el sexo más como un todo de sensaciones y placer que como un singular acto de penetración y eyaculación; quizás porque durante siglos han sufrido la tiranía del falo padeciendo los perjuicios del sexo ( ETSs y embarazos no deseados) y ninguno de sus placeres.
Incluso ahora, muchas mujeres padecen en silencio una profunda satisfacción sexual sintiéndose incluso culpables por no sentir el placer que se supone que deberían sentir.
Vivimos la era de la “rapidez”, de la satisfacción inmediata, sin entender que el placer no está solo en el fin, está en disfrutar plenamente el camino que lleva a ese fin.
Yo entiendo que lo importante y lo maravilloso del sexo está en dar y recibir, en sentir y trasmitir; mi placer no es más importante que el de la otra persona, pero tampoco lo es menos.
Esta mañana mi polla dio algunas señales de vida, pero tanto hoy, como ayer, como hace un mes, con independencia de la verga, me siento un ser sexualmente pleno. Como suelo decir, el órgano sexual más importante del hombre no son su genitales, es su mente; ¡qué triste sería hacer depender nuestra integridad sexual de una polla tiesa o flácida!
Mi opinión puede resultar chocante y minoritaria en relación con la generalidad, pero siempre me resulta más hermoso ver el bosque, que un simple árbol. 



4 comentarios:

  1. jajajjaj que buen texto. Aunque te diré que no solo vosotros actuáis con la mente, también nosotras lo hacemos. No os penséis que somos como un abre-latas que la abro, meto y saco. Si no hay ganas están las excusas bien meditadas o a lo último los dolores de cabeza jajajjajajja

    Saludos

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  2. Yo no tengo nada que agregar a lo que has dicho dado que estoy de acuerdo en todo. Joder... que me quedé sin más palabras, jajaja!
    Recupérate y cuídate :)

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  3. Nos quejamos cuando es mete y saque,y nos quejamos cuando lo que se "mete y saca" no funciona!
    Pero es que no hay polla que nos venga bien? (aca decimos poronga)...
    Creo que los hombres cargan con esa espada de Damocles, mientras nosotras con lo que cae por todo el cuerpo!!! jajajaja(lease pechos, nalgas,abdomen,incluso algun dia caera la cosa nuetrsa tambien!)....por eso me parece imprescindible aprender durante toda la vida a gozar sin solamente penetracion, que si no algun dia estaremos fritos!
    besos y a gozar con todo el cuerpo,joder!

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  4. En mi opinión creo que para un hombre lo mas importante de su cuerpo es su polla. Pues ella le indica como un barómetro si está en plena forma o no.
    Y cuanto a un hombre no se le pone tiesa algún día, ya está comiéndose el coco...

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