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martes, 19 de julio de 2011

Franceses, un esfuerzo más si queréis ser republicanos


“Acabo de ofrecer grandes ideas: deben oírlas y reflexionar sobre ellas; espero que al menos algunas agraden; quedaré satisfecho de haber contribuido al progreso de las luces. No niego que veo con pesar la lentitud con la que nos encaminamos hacia la meta; me inquieta sentir que estamos en vísperas de echarlo todo a perder una vez más”
(La filosofía en el tocador o Los instructores inmorales- El Marqués de Sade)

De toda la obra sardiana,el extraño texto de “Franceses, un esfuerzo más si queréis ser republicanos” que esta inserto dentro de la obra menor “La filosofía en el tocador” es el que más a las claras expone sistemáticamente el pensamiento “moral” del Marqués de Sade.
La originalidad de este texto “contracultural” es aún hoy infinita, pues desde la otra orilla nos habla de cómo seria una sociedad planteada desde valores completamente diferentes a los que han imperado en los últimos 2000 años.
Ningún autor ha llegado a este singular planteamiento, el planteamiento de una libertad absoluta en la que el hombre sin límites, es a la vez victima y verdugo de si mismo; la república sardiana es una especie de “antimateria moral” que nos inquieta por su sistemática y radicalidad
Para cualquiera que quiera ampliar sus puntos de vista sobre la libertad, el sexo o la religión creo que esta lectura puede ser muy catártica, una cosa tan diferente, que hoy es aún más vanguardista que hace 200 años.
La cadenas de los prejuicios muchas veces nos impiden ver más allá de nosotros, ver que lejos de lo “lo políticamente correcto” hay un mundo diferente.
No puedo compartir ninguna de las ideas sadianas, y creo que casi nadie podrá admitirlas, pero gracias a su formulación podemos ser capaces de obligarnos a pensar, a considerar que no debemos dar nada por supuesto. Sade es un hijo de la ilustración que obligado a vivir en una celda casi toda su vida, caminó en la soledad de unas ideas diferentes y originales.
El Divino Marqués sigue fascinándome, pues en su pensamiento, rompe nuestras cadenas para llevarnos a las extrañas fronteras de un mundo sin límites. El sexo es un medio que lleva a la libertad, pues precisamente es la faceta humana más reprimida; la liberación sexual es en realidad una revolución de libertad.
Mi maldición es la de ser capaz de entender mis prejuicios, de ver más allá de ellos, de entender que el sexo lejos de ser algo “pecaminoso” es un hermoso camino de placer, alegría y libertad, pero también veo mi solitaria cárcel de “hipócrita corrección”.
Capaz de mirar hacia las estrellas no puedo volar hacia ellas, capaz de ver las imponentes cumbres no puedo caminar hacia ellas, como Moisés, he llegado a las fronteras de la “tierra prometida”, pero no puedo pisarla.
Hay días en los que siento que la felicidad no está en el conocimiento, seguramente está en la ignorancia...

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